NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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NACIMOS LIBRES, SOMOS LIBRES Y CONTINUAREMOS SIENDO LIBRES

viernes, 20 de agosto de 2010

 

REMITIDO POR: MATEO PÈREZ

Publicado en el periódico canario "El Día” 

  Hierve el fogón norteafricano




EN ESTOS DÍAS de agosto está hirviendo en el fogón norteafricano el asunto de Ceuta y Melilla, dos ciudades autónomas españolas con sus derivaciones policiales, racistas, políticas y de soberanía reclamada por Marruecos. Como saben nuestros lectores, estos hechos han ocurrido en dos ciudades que están en territorio marroquí y que, en consecuencia, Marruecos tiene pleno derecho a reclamar porque le pertenecen. Tiene más derechos sobre Ceuta y Melilla el Reino alauita que España sobre Gibraltar. La Monarquía española le cedió la posesión de Gibraltar a los ingleses en un tratado firmado con todas las de la ley, mientras que Ceuta y Melilla fueron ocupadas en su día por la fuerza. Es decir, por el método de la espada y el arcabuz; el único que saben usar los españoles y que usaron -también eso lo conocen sobradamente nuestros lectores- para cometer el genocidio que cometieron con el pueblo guanche y apoderarse de Canarias.
Manifestó Felipe González cuando era presidente del Gobierno de España que si cedía ante Marruecos la soberanía de Ceuta y Melilla, al día siguiente tendría que sentarse a negociar la de Canarias con el Gobierno de Rabat. La típica visión de un político peninsular. Lo más fácil, porque es lo que impone el sentido común y la legislación internacional, es entregarle a Marruecos lo que es suyo y, al mismo tiempo, devolverle a los canarios lo que se les robó en su día de forma tan ignominiosa: su libertad, su dignidad y su identidad. Desde el momento en que Canarias vuelva a ser un país libre, nada tendrá que negociar Madrid con Rabat sobre nuestro futuro. ¿Quién coño es Felipe González, Zapatero, Aznar, Rajoy, Rubalcaba o cualquier otro político o gobernante español para sentarse a una mesa internacional de negociación y decidir el futuro de Canarias? El futuro de estas Islas, lo repetimos, le compete sólo a los canarios. Que nos devuelvan la libertad y ya sabremos nosotros arreglárnoslas solos.
Por otra parte, resulta repugnante -que nos perdone el lector por expresarnos así, pero no existe otro término más adecuado- el despliegue de los medios de comunicación por el problema de Melilla, así como por el de Ceuta cuando se centran en esta ciudad las legítimas reclamaciones de Marruecos contra el deleznable colonialismo español, mientras se sigue guardando un absoluto silencio respecto a Canarias. La prensa, como decimos, habla de Ceuta y Melilla, pero, ¿qué pasa con Canarias? ¿Acaso no es mucho más importante este Archipiélago que Ceuta y Melilla? Lo es sin lugar a dudas. Sin embargo, ni una línea, ni un minuto en los informativos de televisión cuando Canarias pide su libertad. Quiera Dios que la falta de inteligencia de los mandatarios españoles no provoque, el día menos pensado, una revuelta general en esta tierra colonizada y esclavizada de impredecibles consecuencias. La juventud, mucho más impetuosa que sus mayores, está cansada de tanto sometimiento al invasor. Ahí tenemos el ejemplo de los jóvenes de CC, a los que no les da vergüenza -al contrario, es motivo de orgullo para ellos- enarbolar la bandera de las siete estrellas verdes. La auténtica bandera canaria. La de todos los canarios, y no la de los perros lamiendo la corona española, que es la que les gusta a los empecinados en seguir adelante con la reforma del Estatuto de Autonomía; a los partidarios de perpetuar en el tiempo el mejor instrumento de la Metrópoli para que sigamos siendo una colonia española. A Ceuta y Melilla también se les ha otorgado el estatus -lo decíamos antes- de ciudades autónomas para engañar a Europa y al mundo. A quienes no engañarán nunca es a los marroquíes, que quieren lo que es suyo y no van a ceder. Tampoco podrán engañar a los jóvenes canarios, idealistas y no bolsilleros políticos como algunos de sus vergonzosos mayores. Si esto sigue así, estos jóvenes no tardarán en echarse a la calle con palos y piedras para reclamar la nación en la que han nacido y en la que residen. Algo que no deseamos, pues siempre hemos defendido -y seguiremos haciéndolo- la consecución de la independencia por la vía pacífica, pero que salta a la vista el creciente descontento, por mucho que los ciegos españoles, y sus más ciegos aún medios de comunicación, no quieran verlo.

Nota del Periódico Digital radioolamelilla.com, por error involuntario, quedo sin publicar el medio que había dado la información- Editorial, quedando la misas subsanada, con su publicación nuevamente en el día de la fecha.