NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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sábado, 3 de julio de 2010


UPyD DE   NUESTRA CIUDAD, MANIFESTO AYER “QUE EL HABLAR DE FUNDAMENTALISMO” ES PROVOCAR LA CONVIVENCIA DE MELILLA


Imbroda, habla  de “fundamentalismos”  y es  una provocación, a la convivencia de Melilla, lo mismo que  como cuando decía que “viene el moro”

Redacción: 3/07/2010. En nota de prensa, el coordinador de Unión, Progreso y Democracia en Melilla, Emilio Guerra , denuncio ayer , una vez más, la radicalización del discurso político en la ciudad, así como las claras intenciones -por parte de unos y otros- de provocar el enfrentamiento y la movilización de sus respectivos “hooligans”. De nuevo, abundaba el dirigente de la formación magenta, “unos políticos irresponsables, quieren poner en riesgo la pacifica convivencia de los melillenses, con tal de obtener réditos y ventajas electorales y venderse por un puñado de votos”. La instrumentalización de términos y conceptos que deberían estar fuera del lenguaje  político, así como la excesiva judicialización de supuestas ofensas, que más bien son relativas a la esfera privada y a la “guerra personal” de los líderes de las diversas formaciones, son a juicio del dirigente magenta, “elementos catalizadores de crispación que podrían dar lugar a peligrosos conflictos sociales”.
Las declaraciones de Imbroda, hablando de “fundamentalismos”, son a juicio de Guerra, “una provocación, que en vez de apaciguar los ánimos, como es la obligación del alcalde, incitan y buscan resentimientos o miedos, como de que viene el Moro”.
Imbroda, subrayaba el upedista, “está muy lejos de actuar con el sentido de autoridad y responsabilidad que el cargo exige, ya que los términos con que se expresa en sus manifestaciones, son propios de exaltados que en nada favorecen la pacifica convivencia”.
UPyD, reconoce la “especial gravedad de ciertas acusaciones vertidas sobre Imbroda por parte de la oposición”, y por tanto, el perfecto derecho que le asiste para recabar la protección de los tribunales en su defensa. Pero una cosa es eso, matizó Guerra, y otra “pretender aprovechar la circunstancia para encender fuegos que pueden descontrolarse y arrasar aquello que ha costado mucho trabajo construir”.