NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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NACIMOS LIBRES, SOMOS LIBRES Y CONTINUAREMOS SIENDO LIBRES

sábado, 14 de agosto de 2010

POR JUAN DIEZ SÁNCHEZ



Pepe Palillos

A lo largo de los años han sido muchísimos los personajes populares que han dejado profunda huella en las calles y corazones de los melillenses.
Numerosos de estos singulares vecinos se han dedicado a la venta ambulante, caso de los tíos de las pelotas americanas y rosquillas. Otros por vivir en la calle como "Tarzan", "Heidi" o "Chichimona", estas últimas evocadoras de trágicos recuerdos. Así como cortos de entendimientos, caso de "Liaito".
Llevamos algún tiempo recopilando información e imágenes de estos convecinos que el tiempo alejó y cuya memoria se va diluyendo en las nuevas generaciones.
A principios de siglo en la prensa local eran habituales las crónicas sobre estos conocidos personajes, más en los nuevos tiempos que corren los comentarios acerca de ellos son harto difíciles de encontrar. Una excepción la encontramos en el libro recientemente editado por José Rodríguez y Francisco Beníte, "Historia y Estadística del Fútbol en Melilla". Un muy interesante trabajo que apreciamos incluso los que entendemos poco del balompiés, a pesar del curso acelerado que supuso el reciente Mundial de Sudáfrica.
En este libro, concretamente en su página 153, se menciona al célebre "Pepe Palillos", antiguo vecino del Barrio del Hipódromo del que se escribe: "Los que asistían al Estadio Álvarez Claro por los años próximos a 1963 recordarán con nostalgia a aquel buen y simpático aficionado, al que llamaban "Pepe Palillos". Solía colocarse, subido en una silla detrás de la portería situada al lado contrario del marcador, con un instrumento musical de percusión y hacía sonar rítmicamente sus originales palillos, contagiando al público con su entusiasmo sin fin: se convertía. secundado por los aficionados, en el auténtico número 12 del equipo. Su buen hacer lo hacía notar en todos los lugares donde hubiera ocasión y en más de una boda, bautizo y comunión se convertía en el atractivo musical del lugar".