REMITIDO:
LA ASOCIACION CIVIL DE MADRES SOLTERAS DE MARRUECOS LA CONDENA Y EL PECADO DE SER MADRE SOLTERA
EN MARRUECOS
EN MARRUECOS
Tener un hijo sin estar casada en el reino de Mohamed VI se convierte en un gran problema para la madre, que se enfrenta a una ley que pena hasta con tres de cárcel, las relaciones fuera del matrimonio, a una familia que la repudiará y a una sociedad que automáticamente le dará la espalda, comenzando por su propia familia, y si tuviese la desgracia de tener hermanos mayores, este hasta la maltrata físicamente con palazas diarias, negándole la comida y encerrándolas con llaves y llegando hasta expulsarla de la casa a tierra lejana. Fadela es de las mayores. Tiene 20 años , pero algunas de sus compañeras parieron con sólo 14 ó 15 años. Su niño tiene dos meses. Su mirada perdida se inunda de lágrimas. Fadela sonríe cuando mira a su bebé, pero con una sonrisa amarga. "Mi pequeño está bien, es sano y estoy contenta por ello; pero también es un gran problema, no sé cómo voy a sobrevivir con él yo sola, mi familia me odia y me maltrata” Su familia sabe que vive sabe, en el Instituto Nacional de Solidaridad con las Mujeres en Desamparo de Marruecos (Insaf). Institución controladas por el gobierno de Mohamed VI Fadela cometió el pecado de tener un hijo fuera del matrimonio en Marruecos "Mi novio perdió el trabajo, me abandonó y mi familia me repudió; mi hijo para ellos es una vergüenza y una desgracia, pero yo luchare por mi hijo aunque me tenga que tirar a la calle a pedir". Otras 20 mujeres dan sus primeros pasos como madres en el local del Insaf de Casablanca. "Nuestro objetivo principal es que no abandonen a sus hijos", cuenta Nabila Tbeur, la directora de esta asociación, que trabaja con otras 80 mujeres que no están albergadas con ellos. "Les damos asistencia jurídica y administrativa, además de ofrecerles cuidados médicos durante dos años, pasando los dos años, son expulsadas".
En Marruecos las relaciones fuera del matrimonio pueden costar entre tres meses y tres años de prisión firme. "Pero las mujeres no se enfrentan sólo a la ley, también son repudiadas por sus familias y la sociedad les da la espalda; son muy vulnerables", cuenta Tbeur.
Desde 1999 el Insaf se ocupa de jóvenes madres solteras hasta conseguir su reinserción. "No hay cifras oficiales, pero son miles, las que existen en todo Marruecos, una de sus grandes esperanza, es encontrar a hombres europeos, principalmente españoles, que la saquen de la situación en que se encuentra. Y cita un estudio que se hizo en 2002 en Casablanca: "Entonces se contaron 7.000 madres solteras sólo en esta ciudad; pero sólo se tuvieron en cuenta a las que habían parido en maternidades y hay muchas que tienen a sus hijos en una casa". Su asociación prepara ahora un estudio nacional y esperan tener los resultados en septiembre. "Es muy importante intentar que ganen confianza en ellas mismas" y que "aprendan un oficio para poder valerse luego por sí solas". En el Insaf imparten cursos de cocina, confección y peluquería. "Tratamos de prepararlas para el mercado laboral", dice Tbeur.
Responsabilidad paterna
Pero también las ponen en contacto con sus familias para intentar que se reconcilien y con el padre del niño, "para que se responsabilice de su hijo, lo que el rechazo es total, ya que la familia de la chica, no quieren saber nada de ella porque la consideran “ Puta” y el padre del bebe, no quiere saber nada de ella ni del crió” El problema, cuenta la directora del Insaf, es que en Marruecos ni siquiera es obligatorio que los padres se sometan al test de ADN. "La ley no les obliga". Además, "la novia tendría que probar que mantenía una relación de noviazgo pública reconocida por sus familias, porque si no podría terminar en la cárcel por mantener relaciones fuera del matrimonio".
"En Túnez, si la madre señala a un hombre como padre de su hijo, el juez le obliga a someterse al test y si se niega, lo responsabiliza directamente; nos gustaría que Marruecos llegase a esa situación, pero aquí es muy difícil, porque la mujer esta al servicio del hombre y de la madre de el, las mujeres son esclavas del marido y de su madre, los hombres se casan cuando la madre de el, le busca la novia, ella es la que manda no el hombre”
Tbeur repite incansable que las madres solteras en Marruecos son muy vulnerables. "Algunas además no han cumplido los 14 años, son muy jóvenes, unas niñas; el 14% de ellas son menores de 18 años" y han terminado embarazadas "por falsas promesas de matrimonio no asumidas". La mayoría, continúa, son analfabetas y "se encuentran de pronto solas en la vida y con el problema de tener un bebe".
Un "gran problema" en una sociedad patriarcal y tradicional marcada fuertemente por la religión. "Por eso muchas madres dan a sus hijos en adopción a otras mujeres a cambio de que les paguen simplemente las tasas de la maternidad", se lamenta Tbeur al tiempo que afirma que "muchas familias aprovechan la debilidad de las madres solteras para comprar niños en un mercado no oficial, clandestino, siendo los niños, la mayoría de las veces, explotados” Nosotras hacemos una llamada de atención al mundo, a la liga de los derechos del niño, a las Nacionales Unidas, para que intervengan, en esta situación, ya que la religión es un fanatismo, que nos obliga a las mujeres a ser esclavas del hombre en Marruecos y somos seres humanos.
