Cerca de 60 millones de las antiguas pesetas
Redacción: Nuestra ciudad invertirá entre la feria de este año y diversos actos culturales, entre los que esta el Ramadan 360.000 euros (cerca de 60 millones de las antiguas pesetas), aunque por parte de los responsables de los que tienen la responsabilidad, de los festejos del gobierno de la ciudad, aun no se ha facilitado los actos a llevar en esta feria 2010, la maquinaria ya ha comenzado a engrasarse, para que todo salga lo mejor posible.
No es menos cierto, que la feria de nuestra ciudad, siempre ha caído en medio de la patrona la Virgen de la Victoria, poco a poco los responsables el actual gobierno, ha cambiado tal hecho, ya que era conocida como la “ Feria de Septiembre”. La Feria de Melilla es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad, justo cuando el verano deja de ser implacable y las noches, apacibles, invitan a la diversión. El visitante encontrará una Feria sureña, andaluza y participativa. Con una historia de Festejos superior al siglo -la primera edición ferial recordada se celebró en 1.903- Melilla vive la postrimería estival en honor a su Patrona, la Virgen de la Victoria, con un amplio abanico de posibilidades de ocio. De unos años a esta parte se impone la Feria de Día y la totalidad de casetas particulares y oficiales y establecimientos abiertos al público abren sus puertas para recibir al visitante y al melillense que, acabada su jornada laboral, toma el aperitivo en el ferial. El recinto festivo se llena de animación, grupos rocieros, peñas y actuaciones. Se multiplican las comidas de amigos y empresas, todo en un ambiente distendido y presidido por un anhelo de alegría y felicidad que inunda a toda la ciudad. En estos momentos, la gastronomía melillense, tan variada y multicultural como su propia población, hace acto de presencia y la Feria huele al mejor marisco, las recias carnes, las especias del continente africano y los mejores pescados, todo ello a ritmo de rumbas y sevillanas. Nada falta en la Feria de Melilla. Como cualquier otro rincón de España, la Fiesta Nacional -Los Toros- se dan cita cada año en la Mezquita del Toreo, original denominación que Gregorio Corrochano adjudicó a la Plaza de Toros de Melilla. Combinando rasgos arquitectónicos mudéjares y modernistas, el coso -que abrió sus puertas en 1.947- recibe cada año a las mejores figuras del toreo, los primeros del escalafón que ofrecen lo mejor de su arte en la única plaza de toros activa en todo un continente, África. La Patrona de Melilla, la Virgen de la Victoria, tiene su día: el 8 de septiembre. El ambiente festivo da paso, por unas horas, al recogimiento cristiano y Melilla se lanza a la calle en serena procesión para rendir homenaje a la imagen de la Virgen, Coronada y Alcaldesa Perpetua, que abandona temporalmente su enclave arriba de las murallas legendarias para bajar al Ensanche Modernista.
No es el único acontecimiento cristiano de la Feria porque el segundo día de cada edición -domingo- se celebra la Misa Rociera en la Plaza de Toros. La Eucaristía se viste de esencia andaluza y las agrupaciones rocieras de la ciudad son protagonistas del milagro de la Eucaristía con sus rumbas en honor a la Madre de Dios.
La noche ferial es fiesta y porte. La Caseta Oficial de Festejos se suma a la alegría ofreciendo, cada noche, actuaciones musicales de primer nivel llegadas de la Península y de grupos locales al alza que buscan un hueco en el panorama artístico nacional.
Gigantes y cabezudos -algunas imágenes con más de 70 años de antigüedad-, cornetas y tambores recorren a diario los 12 kilómetros cuadrados melillenses para anunciar la hora de la diversión; una bella cascada de fuegos artificiales y una traca de petardos pone broche de oro a los ocho días de Feria y, como todos los años desde hace más de un siglo, Melilla ofrece lo mejor de su personalidad gentilicia: alegría, tolerancia, convivencia y hospitalidad. Por tercer año cuenta con un atractivo especial.
Virgen de la Victoria Patrona de Melilla

