PEDRO GALLARDO : CIUDADANO
Memoria para saber quien eres
Repasando las noticias en los medios locales me ha llamado la atención sobremanera Don Miguel Marín, Presidente accidental. No se si se ha alegrado o no de la retirada de la estatua ecuestre del dictador en acuartelamiento Millán Astray. La verdad sea que no me preocupan mucho sus interioridades, emociones y sentimientos pero, en su calidad de cargo público de todos los melillenses, debiera hacer sano e inteligente ejercicio de disociar su peperil discurso, claro está y lo entiendo atadura de pensamiento.
Decir que la ley de Memoria histórica ha de ser cumplida a pesar de ser absurda por el respeto a la historia independientemente te agrade o no, es para este belicoso convencido, una memez ñoña que no le da puntos, más bien le posicionan en el mas rancio conservadurismo.
Fuimos para siempre, la Adelantada lo quisiéramos o no, el contexto marcó, pero en el 2.010 por baraka las cosas son diferentes, aunque sigamos siendo ante los ojos del Mundo de la libertad y de la democracia, los últimos en mantener al “comandante que llegó a caudillo o al caudillo que fue comandante”, quiero suponer señor accidental, que siendo el mismo personaje, para muchos de triste recuerdo.
Por eso en esta Melilla nuestra, somos mas de los que se piensa los que nos hemos alegrado con esa retirada y viaje al Museo indeterminado, que procede. Puede que no seamos lo suficientemente exteriorizantes de nuestras satisfacciones y conquistas pero las compartimos seguro, con millares de españolitos de a pie con los que sintonizamos, dándole a la Memoria histórica de un pueblo el valor que encierra: “conocer el pasado desde el presente para proyectarnos en el futuro”, con usted/ustedes, también , a pesar de su accidente verbal impropio de un demócrata en permanente formación.
Lamento no haber podido satisfacer a la Sra. Rivas , Doña Cristina en su expreso deseo de no haberse llevado a cabo el pseudorapto con más claca y redoble de campanas, con banda de honor específica. Fue más bien a hurtadillas, de soslayo y tapadillo. ¿ es qué acaso el evento merecía visualizar a los bandos en ese sol acuartelado y bien siestero?. Pues va a ser que no, Defensa así lo planificó para fiasco de los desmemoriados.
Pero todo pastel que se precie si aspira a tarta debe tener al menos una guinda en esta traca final de ansiado ciclo. Seguimos siendo la única y última ciudad del terreno patrio en la que el comandante vigila amurallado el puerto, no creo que temeroso de los descendientes del rifeño líder AbdelKrim. Seguimos pendientes de que o Defensa o Cultura aceleren el desmontaje y no hay excusas, en todo caso irresponsabilidad e inanición en su esperado final. Los socialistas locales debieran tirar del teléfono rosa para ser consecuentes con la responsabilidad que les toca impartir.
La ley de la Memoria Histórica 52/2.007 está para que su teoricismo legal se plasme en el terreno de los hechos, hechos que han de devolver la dignidad a miles de familias a las cuales la ley de Amnistía o ley del olvido forzado, no puede hacerlos renunciar de sus anhelos, sentimientos y reclamo de justicia universal.
Me apunto al pensamiento del escritor gallego Manuel Rivas, a los valores de su libro “Los libros arden mal”, sintetizadas en que
“la frase de no remover la memoria histórica es el último coletazo de mentes de añoranza del aguilucho”, Hay quienes continúan argumentando el que todo el mundo vale para la guerra, bien para a dualidad maldita de, matar o morir. Los que valoramos la concordia, la paz y el profundo respeto a los derechos humanos, estamos en permanente estado vigilante, recordando cuando procede por cuestión de pura y simple identidad colectiva, transparente y a la luz de taquígrafos.
Un pueblo con memoria es un pueblo libre y culto. Por eso desde mi independencia que no apolítica, saludo las palabras del monarca, de Juan Carlos I cuando en determinada ocasión pronunció: “La cultura necesita anclarse en la memoria histórica colectiva”, y ello le honra.
Para ir acabando pues es algo reiteradamente sistemático, formando parte del talante de nuestros próceres, recordarles que las divergencias, diferencias, críticas al poder de turno, forman parte de la vida misma, siendo sus protagonistas no solo y siempre las opciones políticas legítimas, sino la ciudadanía de a pie, asociaciones, colectivos, individualidades que tenemos claro, esa es una forma de construir e implicarse. Algunos continuamos apostando por no sentirnos ni dejarnos aborregar o iluminados por verdades y pensamiento único. Es nuestro planteamiento crítico, vital, plural, tolerante y activo, con el derecho a ser como nos han parido y sentimos. ¿Queda claro?,pues tómese dos que invita la casa, no la consistorial sino la propia.
