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miércoles, 29 de septiembre de 2010

OPINION




PILAR LÓPEZ: UPyD

Corrupción política: Se aplaza el permiso de paternidad de cuatro semanas

El Proyecto de Ley de Presupuestos para 2011 prevé dejar en suspenso la ampliación del permiso de paternidad de 15 días a 4 semanas, que tenía que entrar en vigor el próximo 1 de enero. Así lo confirmó la vicepresidenta económica el pasado viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. 
La ampliación del permiso de paternidad se vendió como una medida estrella junto con la paridad en las listas electorales y en los consejos de administración. Fruto de un acuerdo entre PSOE y CIU se aprobó la Ley 9/2009, de 6 de octubre, de ampliación de la duración del permiso de paternidad en los casos de nacimiento, adopción o acogida. Con una pose arrogante y un lenguaje melifluo característico de este Gobierno, se nos dijo entonces que “con la aprobación de esta ley, España se va a situar entre los países europeos con un periodo de permiso de paternidad más amplio. Los españoles y las españolas, los hombres y las mujeres, van a poder ser más felices disfrutando durante cuatro semanas a tiempo completo de sus hijos e hijas, que están llamados a ser las mujeres y los hombres del futuro. Mañana, los niños y las niñas que compartan el amor y la presencia al unísono de sus padres y madres —hombres y mujeres— agradecerán, aunque no lo hagan de forma ostentosa, este aumento de dos a cuatro semanas del permiso de paternidad.”
Se hizo la campaña de marketing, se aprobó la ley, pero como la situación económica no era favorable, se retrasó su entrada en vigor hasta el 1 de enero de 2011, suponiendo que para entonces “ya habría pasado la crisis”. Pero han pasado los meses y no sólo no ha mejorado la situación económica, sino que se ha agravado la crisis institucional; la crisis de un Gobierno que accedió al poder echando mano de la chequera (cheque bebe, deducción de los 400 euros…) Y ahora pretende mantenerse en él con cesiones de soberanía y a costa de incumplir sus promesas.
El aplazamiento del permiso de cuatro semanas puede suponer un ahorro de unos 400 millones de euros. Curiosamente, una cifra algo menor a la comprometida con el PNV para cubrir la transferencia de las políticas activas de empleo a cambio del apoyo a los presupuestos. ¿Dónde queda ahora eso de la felicidad de los ciudadanos y las ciudadanas, los españoles, las españolas, los hombres, las mujeres, los padres, las madres, los niños y las niñas? (Por favor, que tomen clases también de economía del leguaje). “Es que ahora –se nos explicará- la felicidad viene de la implicación de los nacionalistas en la gobernabilidad del Estado y en la estabilidad presupuestaria”. ¿Pero es que este Gobierno piensa que los ciudadanos somos estúpidos? Que no somos capaces de entender que lo que verdaderamente pretende evitar tener que adelantar las elecciones en un momento en que los pronósticos no le son favorables. Que no vemos claramente que cede al chantaje del PNV, un partido cuya fuerza radica en el injusto sistema electoral que, con menos votos, le permite obtener seis escaños frente a uno para un partido de ámbito nacional como de UPyD. Todo ello gracias al pacto de hierro entre el PSOE y el PP para que nada cambie, como explicó esta misma semana Rosa Díez en el Congreso.
Más allá del aplazamiento del permiso de paternidad de cuatro semanas, lo grave es que el Gobierno va a incumplir una ley aprobada. ¿Qué pasaría si los ciudadanos incumpliéramos las normas por problemas económicos? ¿Podríamos aplazar el pago de la hipoteca alegando la dificultad de cumplir nuestro compromiso debido a “la crisis económica sin precedentes”?