NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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NACIMOS LIBRES, SOMOS LIBRES Y CONTINUAREMOS SIENDO LIBRES

martes, 26 de octubre de 2010

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El Partido Popular y Marruecos 

En la reunión celebrada en Marrakech en la segunda semana de octubre se han abordado temas como la inmigración ilegal y el terrorismo, pero no se ha hablado para nada de Ceuta y Melilla, ni del conflicto del Sáhara Occidental, ni de los dos millares de niños marroquíes no acompañados que España tutela”. Si no se añadiera más a la información anterior podríamos entender que el interlocutor del primer ministro marroquí era del partido socialista. ¿Verdad, amable lector? Pues no, el interlocutor de Abbad El Fassi fue Jorge Moragas, coordinador de Presidencia y Relaciones Internacionales del PP. ¿Cuál es el corolario de todo esto? ¿A dónde quiero llegar? Pues pareciera que el partido popular, cuando llegue al Gobierno de España, adoptaría la misma cautela y el mismo pudor que el PSOE, y se la cogería con papel de fumar cuando tuviera que dialogar con el incómodo vecino del sur sobre cuestiones candentes como las citadas de Ceuta y Melilla, el Sáhara y los niños marroquíes sin papeles. Para ese viaje no se necesitan alforjas. Moragas, al unísono con El Fassi, calificó el encuentro de “cordial y constructivo”, en el que se abordaron cuestiones de “interés común”, ya que hay que “concentrarse en lo mucho que une a España y Marruecos y no en lo poco que les separa”. ¿Lo poco que les separa? ¿Parece poco Ceuta y Melilla, Sáhara y los MENA no acompañados? Los tres son los grandes problemas irresolubles, (hay algún otro), de esta difícil, y extraña, relación bilateral. ¿Qué fue de la crisis de la frontera de Melilla? ¿Qué fue de aquello de ciudades ocupadas? ¿Qué fue de las denuncias de racismo y xenofobia contra la policía española de Melilla? ¿Qué fue de la ocupación de la ‘tierra de nadie’ en la citada frontera melillense? ¿Qué fue del cartelón en el que se vejaba a las mujeres policías? Insisto, ¿es poco lo que les separa? No es descabellado afirmar que el partido popular ganará las elecciones generales de 2012, pero quizá lo descabellado sea presumir que las relaciones de España y Marruecos caminarán por los mismos derroteros de sumisión como hasta ahora. A esas relaciones hay que darles un giro de 180º, hacerles ver a los dirigentes, y al ciudadano marroquí, que las relaciones de amistad se basan en el mutuo respeto hacia la integridad territorial del otro, a la historia y a los tratados bilaterales firmados por ambos países. 
Si el PP asume las relaciones con Marruecos de manera timorata, pudorosa y sumisa, y no se les hace ver a los dirigentes marroquíes que España también tiene sus bazas en la bocamanga y puede hacer mucho daño a Marruecos, entonces, el futuro del gobierno del Partido Popular seguirá siendo, sin duda, chantajeado por el gobierno marroquí. Recuérdese que en España hay un millón y cuarto de marroquíes, muchos miles de ellos son ilegales, y que España es un interlocutor e introductor válido de Marruecos ante la UE para la exportación, y no sólo eso, de productos hortofrutícolas. Los gobiernos españoles, sean cuales sean, no deberían perder de vista la voluntad imperialista de Maruecos de llevar a cabo el proyecto irredento del ‘Gran Marruecos’, y para ello debe anexionarse no sólo Ceuta y Melilla, sino Canarias, territorios argelinos, mauritanos e incluso de Mali. Asimismo, los gobiernos de ambas Ciudades Autónomas deberían, de algún modo, hacer oír sus voces en los foros internacionales, y españoles, como escribe J.M. Campos, para dar a conocer sus derechos históricos, jurídicos, demográficos y de cualquier otro tipo que les asisten como partes integrantes de la Corona de España. El futuro gobierno del partido popular debe reconducir, por tanto, las relaciones bilaterales con Marruecos y mostrarse inflexible y hablarle sin rodeos ni tapujos sobre la españolidad de ambas ciudades norteafricanas y obligarle a cumplir sus compromisos so pena de una actuación enérgica por parte de España. Y sobre todo que se olvide la costumbre que tienen los Presidentes de Gobierno de España, cuando son investidos como tales, de ir a Marruecos en su primera salida. ¿Cómo es posible que se tenga esa deferencia con un rey teocrático, con un dictadorzuelo de tres al cuarto?