Por: Pedro Gallardo
Casualidades, posible, probable, improbable...
“Los dos mayores tiranos del mundo: la casualidad y el tiempo”
( Johann Herder, filósofo)
Te levantas por la mañana, recordando el azar y las probabilidades, como el tiempo a disfrutar. Las diferentes velocidades de los temas judiciales, unos ahora, otros después, calentando la precampaña, dice nuestro Presidente, casualidades son, como casual es la Junta directival local del proyecto imbrodiano le proponga por mayoría al Comité electoral y ésta al Nacional, claro en un visto y no visto, calentitas las declaraciones de Ignacio Velázquez en LQQDD, sobre con valentía asumir regenerar el partido en la realidad local o crear el mecanismo alternativo conveniente. También casualidad, espontánea o programada, necesaria o neutralizante de intentos legítimos que enriqueciesen el abanico o par de candidaturas.
Y la prensa se defiende toda ella, pues quieren matar al mensajero, a la paloma o gaviota, a ese alado libre, blanco, purificado. Y todos se defienden en franco ataque, vestido de interpretación, dicen objetiva y que garantice el derecho a la información, con más tintes y descarga sobre unos y silencio para otros, otra casualidad extendida en el tiempo y acentuada cuando procede, introducida con presunción, palabra mágica en estos días harto reiterada.
Y también es casual que el PGOU necesite de más tiempo para su presentación, seguro después de la contienda electoral, por retoques, matices, y falta de documentación o informe ambientalista paralelo o complementario. ¿ Casualidad o causalidad de intranquilas sensaciones en afectados que han de esperar el pan y gloria de su generoso y obligado destino ubicador ?.
Y es casualidad Sellam haya sido destituido de su cargo responsabilidad en el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria melillense, horas después de su detención, sin asignársele el probable, posible o imposible, lo presunto en el asunto de marras.¡ Qué casualidad sin causas encausadas en tempo facto !,mostrándose solvencia, celeridad, celo, profesionalidad, ardor, en mediatización del hecho de extensa imprenta, imágenes y ondas.
Que “lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece”, nos ha legado el gran Ernesto, Ernesto Sábato, aunque yo lo sigo rumiando y razono, dudando.
Y contrastando las hipotéticas propuestas e interpelaciones en el penúltimo pleno celebrado ayer Jueves,¡ cáspita ! , pero ocurrió, que hubo una más que aproximación,
algún acuerdo que celebro ,por demandado en artículos anteriores y esperado . Que nuestros políticos se comprometen y acuerdan presentar declaración patrimonial al inicio y final de legislatura, en pos de la transparencia y demostración de servicio. Pero, para ello, ¿ necesitan la apoyatura y sabio asesoramiento de técnicos ?, cuando hay Hacienda que fiscaliza lo ganado, invertido o generado, por su recto proceder.
En cuanto a debates en medio público televisivo, nones, pues afirma la mayoría que la desleal oposición o aspirantes a la Asamblea, no están capacitados por sus formas y diretes, sustrayendo a la ciudadanía la capacidad de “verlos en escena, profundizar, argumentar y enriquecer a seguidores y villanos”. ¡ De escándalo!, hecho diferenciador en esta década prodigiosa, ejemplo monocolor de difícil parangón en otras latitudes , no entendiendo de moderadores en el discurso del pensamiento único.
Últimamente son casualidades no asistir a dar las condolencias y descanso terrenal a melillenses de bandera, asistir a conferencias promovidas por Fedesme y cenas de presentación, pues dícese que no son nada “arrabaleros” ni amantes del excelso por ganado, docto.
¿ Cuáles serán las próximas casualidades, posibles, probables o improbables?. Como te voy a contestar a esto, Gallardo, si son acontecimientos casuales...y lo sigo sin entender, aceptando por cortedad manifiesta se me diese un “cinquillo” en susodicho tema, lejos del azar, constatable.
A ver que nos depara el recorrido del día de hoy, para sosiego de atacados y presuntos encausados y que nos ilumine la “justicia” para todos y en todo por el bien de nuestro marco convivencial, que es lo que importa.