NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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NACIMOS LIBRES, SOMOS LIBRES Y CONTINUAREMOS SIENDO LIBRES

martes, 1 de marzo de 2011

Por: Rosa Diez Portavoz y Diputada de UPyD


De chapuza en chapuza hasta el ridículo total


La última tontería que han pergeñado en el Consejo de Ministros sobre la limitación de velocidad en las autopistas es un ejemplo más de por dónde va este Gobierno desde el comienzo de su mandato, allá por 2004, y que se ha plasmado con toda su crudeza en la mala gestión de la crisis y en decisiones como ésta. 
En el Grupo de Economía de nuestro partido iniciaron el sábado un debate sobre la decisión de rebajar la velocidad a 110 km hora y Manuel Sarachaga me hizo llegar alguna de sus reflexiones que van más allá de los aspectos meramente económicos que se arguyen como coartada por parte del Gobierno para entrometerse, una vez más, en nuestras vidas. Me parece de interés compartirlas con todos vosotros. 
La medida no solamente es hipócrita e ineficiente, sino que es intervencionista hasta un punto intolerable. Si algo caracteriza a las economías donde existe una libertad de mercado (creo que España sigue de momento en ese grupo…) es porque los precios son la variable de ajuste de aquellos bienes que son escasos -que en principio son todos-. Cuando un bien se vuelve más escaso y es demandado por los consumidores, su precio sube, y viceversa. Si su precio sube, la demanda se contraerá por la libre decisión de los consumidores en función de sus preferencias de consumo y ahorro. Así funciona un mercado libre (sin entrar en el terreno de los bienes públicos ni en externalidades negativas) y hasta ahora parece que aceptamos que es la forma mejor de asignar recursos y bienes cuando son escasos. 
En este caso el Gobierno va a decidir por nosotros cuánto tenemos que ahorrar en gasolina (que es algo mínimo del consumo total del país) y por eso nos va a obligar a conducir más despacio. No estamos ante una intervención por tratarse de un bien público, ni por existir una externalidad negativa (no es por contaminación, muertes de tráfico, etc), sino porque un bien se ha vuelto más caro, tenemos que ahorrar y el Gobierno nos va a decir cómo y cuánto. Es el colmo; es como si los zapatos se volvieran más caros y nos dijeran cuántos pares podemos comprar al año. Socialismo, del viejo y casposo, en estado puro. 
Pero no se queda ahí la cosa. Es que tiene bemoles que estas instrucciones abusivas partan del Gobierno que ha desarrollado la política energética más aberrante de nuestra historia moderna, que ha incrementado el precio del kw. mucho más allá de lo que habría sido deseable, que se ha opuesto a cualquier medida racional en el tema de las renovables o la nuclear. Y ahora viene y nos dice que como el petróleo está caro y eso va a suponer mucho dinero para todos, lo vamos a arreglar conduciendo más despacio. ¿Pero qué es este cachondeo? ¿Es que nos han tomado por auténticos gilipollas a todos y se ríen en nuestra cara, como ya le advertimos el otro día con lo de la política social? ¿Pero qué ocurrencia es ésta? ¿Y por qué no lo bajamos a 90 km/h y ahorramos más, o directamente vamos en burro y cerramos las gasolineras? ¿Pero qué c… de broma es ésta? 
Yo creo que este Gobierno ya ha llegado demasiado lejos en sus ocurrencias, en su desprecio por el sentido común y por los ciudadanos. Sé que no es una medida de gran calado, pero precisamente por eso cobra importancia y da una idea de lo que tienen en la cabeza (o de lo que les falta) Y dicen ellos que el PSOE es el partido que más se parece a España… 
Menuda tropa… Lo mínimo que habría que exigirles es que fueran claros, que digan directamente que quieren recaudar más por multas de tráfico y se dejen de faltarnos al respeto poniendo la disculpa del precio del petróleo. Porque si creen que así se arregla ese gravísimo problema –el del suministro de un país tan dependiente como España- son más inconscientes y más frívolos de lo que parecen. 
Todo esto suena a broma pesada y de mal gusto. Más aún cuando el Ministro de Fomento se dedica a llamar frikis a los que se opongan, apelando (en el colmo de su incapacidad para entender de qué está hablando) a la necesidad de que se preste “un apoyo provisional” a la decisión del Gobierno. Se ha quedado con la idea de que la medida es “provisional” (como dijo Rubalcaba, que esa es otra…) y le da lo mismo poner el adjetivo en un sitio que en otro. ¿Habrá caído en la cuenta de que el apoyo provisional a una medida provisional se convierte en apoyo definitivo? En fin, qué preguntas me hago… 
Hala, majos, a poner pegatinas. Señor,¡¡ qué tropa!!