NUESTRO PERIÓDICO DESDE SU FUNDACIÓN EL 13/06/2010 AL DÍA DE LA FECHA

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NACIMOS LIBRES, SOMOS LIBRES Y CONTINUAREMOS SIENDO LIBRES

jueves, 28 de abril de 2011

Por: Pedro Gallardo

Extraña igualdad
Pago casi o sin casi, 1.000 euros de hipoteca y me quedan veinte años para saldarla, con un pago final de diez milloncejos de las antiguas pesetas. Hemos acordado por consenso obligado familiar y gananciales, comenzar  a hacer un fondo de lucha final mediante la asignación a la simpática hucha del osito, de 250 europeos mensuales que en su producto por los 240 meses de marras por llegar, esperemos con salud, nos harán ver el final del túnel. Pero claro, todo ello, sometido a los vaivenes del Mercado, los índices, que si el Jons y el Peters y el “ japonesito”, nada de nada, minucias y adaptaciones, sustillos y fluctuaciones  de necesidad, según para quienes.
Al día de hoy, a  nueve años de mi jubilación, la cuota hipotecaria me supone el 37% de los emolumentos. Una vez entre en la etapa de la “libertad laboral con cargas”, entre un 60 y 65%, habiendo cotizado 45 años en una situación de privilegio en continuidad funcionarial. Hoy los jóvenes, asalariados y desempleados, tristemente no pueden decir lo mismo y otean un horizonte de neblinas  e incerteza desilusionantes.
 Los mercados anuncian reajustes, alzas, subidas de interés que nos van rebelando y nunca preparando a soltar de la “butxaca” cada vez más en soledad y bien exprimida. Las próximas revisiones semestrales o anuales así lo  sitúan y, sin la necesaria subida del sueldo a compás del IPC, por eso de no perder poder adquisitivo , curioso es, pero de lo que ya apenas se habla o mantiene en comparativa. Y es que somos marionetas aguiñoladas en este Teatro de la dependencia  y donde sentimos los efectos de una “extraña concepción de la igualdad que no lo es”, por mucho que nos ofrezcan en campañas bien orquestadas, y no se obvie, pagadas por nosotros a cargo de nuestros ahorrillos y cargas impositivas al Sistema que mantiene “el no paga más quien más tiene”. Lo contrario, mentira cochina, burda y carnavalesca, pirateo y sibilino degoteo de nuestros esfuerzos productivos.
Si, he llamado a esa igualdad “ extraña ”mentalmente injusta. En ella por bandera actúan, en su nombre y con buen trato y apellidos “eficacia, rentabilidad y servicio”, concepciones bancarias donde igual se exige ante un crédito, tanto da la edad, la economía disponible  o las dificultades por las que nos marca este trasiego mundano. Se calculan los plazos y cuotas, amortizar los débitos asegurándose unas cargas e intereses nada extraños a la pura y dura especulación, y eso en lo mejor de los casos, pues los nones a demandantes asfixiados, claman al cielo celestial o natural.
No se tiene en cuenta, que a ciertas edades, aquellas en que la vida productiva se acaba y ya  te encuentras bien succionado, a ciertas edades repito, no disponemos de las condiciones para hacer frente a esos pagos, disponiendo de menos recursos. En honor a la verdad, he de hacer una excepción mencionando a la Banca ética, ejemplo de sensibilidad y conciencia social por génesis de existencia, perdida y adulterada en otras dimensiones, las  de las “finanzas modelo antisocial dominante”, y recuerdo no hace muchos a algunas “Cajas”, sociedades de proximidad, casi familiares, defensoras  y ejecutantes de una igualdad, menos  extraña, esquiva y torticera.
No se como, no soy economista, no me seduce la macroeconomía y sus efectos y percentiles; me muevo más en el dominio matemático a nivel de Primaria, en lo doméstico y cercano, pero y otro pero, en este país nuestro, en estas sociedades mal llamadas avanzadas y según para quien, deberían serlo cuando aseguráramos a lo largo de nuestra vida laboral con nuestras cotizaciones a la CAJA ÚNICA de la SS., las jubilaciones con pensiones al 100%, cobrando la remuneración del último mes activo. Y me dirán algunos listos que esto es imposible e insostenible, a lo que contesto, porque no quieren, pues ya les va bien como tienen montado el “sarao”y el gran beneficio para cuatro o veinticuatro. Me seguirán diciendo los que manejan los guarismos, diferenciales, índices varios y campanas de Gauss al uso, ¡ que no Gallardo, que no patines ni cántico de maitines!, reforzando mi repulsa a que en los últimos tramos de una “vida y después de lo dado”, no puedas aspirar al disfrute sin recorte ni estrecheces, cambiándolo desde mi atacada visión del tema, por recibir lo máximo y en las mejores condiciones, recompensa bien ganada  y nada de mimos o favores ( a tomar por cul...los falsos y oprobiosos benefactores ).
Seguirán los listillos de turno, por cierto los que menos problemas tienen, seguirán argumentando que parte de los “dineros” te lo ofrecen vía indirecta, en especias  y servicios, que si sanidad, que si excursiones, ocio y bailes de salón, atención a la dependencia y mil flautas y caramelos más...pero yo me río y me traslado a Escandinavia por hacer un viaje mental, sintiendo los vapores de la sauna finlandesa, abstrayéndome, evadiéndome de la negación a mis buenos deseos para todos. Y  es que, me rebelo ante el Estado benefactor y asistencial, de limosneo y justificación de pobres, pues lo necesitan y mantienen para mantener privilegios y estructuras  sobredimensionadas, a costa y no lo dudes, de nuestros “suores”.
Extraña, extraña igualdad en este sombrío panorama, puede que porque hoy se me contagien tristezas y miserias ajenas muy pero que muy próximas, ante las que me muestro impotente que no indiferente : el derecho constitucional  a la vivienda, a un techo, grandes, adosadas, parceladas, bajo el puente o al sereno... así, así de rico y variado es el cuadro multicolor , así de extraña es la igualdad.
 Y cuando estoy a punto de cerrar el escenario de esta tarde, me viene brillante y  con aires de chulería nada ingenua la autopregunta, puede que oportuna y a saber. Oye Gallardo ¿ porqué no te hiciste un Plan de pensión “modus privatus”, años ha?, oye, que así tendrías aseguradas tus compensaciones reclamadas. No me pego porque me hago daño y le contesto a mi interior, “porqué no me salió de los ...”, va, va, acabemos en paz, justa y necesaria, como escuchaba de chiquitillo con fondo de campanas, hoy en el Centro modernista, remozadas y de oportuno recuerdo.
 Y es que a mí, en nuestra Melilla, me gustaría tener una Banca local y autonómica, PÚBLICA, propia, vamos ¡ nuestra !. Y sigo mis sueños y desvaríos, ofreciendo el gran tesoro para todos, salud y hasta la próxima, que ya queda menos.