Sáhara
A LOS SAHARAUIS NO LES DEJAN VOTAR VOTA TÚ PENSANDO
EN SU FUTURO
135 prisioneros políticos en las cárceles marroquíes
Ángel Valencia: En el horizonte de las próximas elecciones autonómica y municipales, la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS-Sáhara) quiere dirigirse a los partidos políticos, a sus militantes y a la ciudadanía en general para hacerlos partícipes de sus reflexiones ante un momento tan significativo e importante en el ejercicio de la práctica democrática y respecto a la situación en el Sáhara Occidental. Conscientes de que estos comicios tienen un horizonte claramente delimitado en el ámbito de la política interior, tanto a nivel local como en el plano de las Comunidades Autónomas, no queremos que quede fuera de esa dimensión el largo y dramático contencioso del Sáhara Occidental, porque constituye una herida abierta en nuestra historia reciente y una responsabilidad todavía inconclusa en nuestra condición legal y legítima de potencia administradora de un Territorio No Autónomo, en virtud de una representatividad que hemos despreciado pero que no nos ha sido retirada por la comunidad internacional. Y en virtud de ese papel, que algunos interesadamente se esfuerzan por ignorar, pedimos que se le retire la confianza política a aquellos grupos que dicen defender la legalidad retorciéndola en su interpretación hasta límites inimaginables y no se sienten dispuestos a aceptar la libre decisión emitida por el pueblo saharaui en las urnas. A quienes defienden la paz a costa de financiarla con la venta de armas a países en conflicto. A aquellos que proclamándose defensores de los Derechos Humanos y de las poblaciones civiles le dan desigual valor al sufrimiento de un habitante de Bengassi que al de otro de Trípoli, que contabilizan el dolor de forma distinta si afecta a los propios que a los ajenos, que consideran que un libio ultrajado vale más que un yemení y que los saharauis protestan, con más de 135 prisioneros políticos en las cárceles marroquíes, porque no saben hacer otra cosa. A los que hacen de la corrupción un instrumento de la política y pretenden hacernos cómplices e indignos a todos nosotros como ellos mismos forzándonos a votar a candidatos situados bajo sospecha.A todos los que siguen perpetuando una traición histórica miserable e interesada como la entrega del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania otorgando legitimidad a una bajeza que históricamente constituye una lacra en nuestro pasado reciente. A cuantos se justifican con la atención alimenticia a las necesidades mínimas de las y los refugiados saharauis pero no son capaces de preocuparse por sus necesidades esenciales como personas ni otorgarles el respeto y la consideración que con su silencio ante sus sufrimientos les niegan. A todas las opciones que no fomenten la austeridad, la honestidad, el servicio a la colectividad y la coherencia y el respeto a los compromisos adquiridos como normas para el desarrollo de la vida política y camino para proseguir en la construcción de una democracia para todos y todas. En el Sáhara Occidental, como en tantos otros lugares del planeta, no podrá haber paz ni estabilidad, sin un acuerdo político viable que defienda los derechos humanos y conceda reparación para las víctimas; y en ambos casos, España tiene una responsabilidad ineludible.